La sordera en la adolescencia supone un considerable obstáculo para el bienestar emocional y el desarrollo personal del adolescente. La pérdida de audición es un problema de salud crónico que afecta a personas de todas las edades y niveles socioeconómicos y responde, en muchos casos, a las consecuencias de unas rutinas que pueden llegar a ser muy dañinas. Pero hay un caso particular que es alarmante para los especialistas: los adolescentes.
Nuestros adolescentes son habituales consumidores de nuevas tecnologías y entre sus gustos más generales está el de escuchar música habitualmente, además de consumir productos multimedia. A menudo encontramos que nuestros jóvenes escuchan la música o la televisión a un volumen más alta de lo normal y mucho tiempo lo cual puede crear problemas auditivos en el futuro. Algunas investigaciones apuntan que habrá una generación de sordos precoces, pese a que puede ser prevenible. Es importante que, como padres, seamos conscientes de los peligros de las rutinas de nuestros adolescentes.
Se estima que el 30% del segmento etario comprendido por púberes, adolescentes y jóvenes (entre 10 a 24 años) tendrán trastornos auditivos por exposición al ruido no laboral al llegar a la edad adulta. La lesión inducida por los nuevos hábitos de consumo musical (a través de teléfonos móviles y reproductores de audio con auriculares a volúmenes muy elevados) afecta a adolescentes y jóvenes, con el agravante de que no se consulta a tiempo o se ignora la pérdida auditiva hasta que es acentuada.
Según la Organización Mundial de la Salud bastan ocho horas de exposición a un ruido de más de 90 decibeles para afectar a un grupo de células del oído interno y lesionarlas definitivamente. Además del hábito de escuchar música con auriculares a volúmenes demasiado elevados, esta misma población de riesgo suele asistir a recitales, concurre a bares o boliches y, además, estudia o trabaja en grandes centros urbanos con una enorme contaminación sonora. Entonces, tenemos la fórmula perfecta para favorecer la aparición de patologías auditivas que podrían prevenirse.